literature

De mazazos y resacas

Deviation Actions

LordYorch's avatar
By
Published:
257 Views

Literature Text

Los ojos grises de Lamh Olafsvik estaban clavados en el camino de tierra que serpenteaba entre los árboles del pequeño bosquecillo. El gigante entrecerró los párpados, la niebla dificultaba su visión. O eso creía él.
“Igual no ha sido tan buena idea pasarme toda la mañana en la taberna” —pensó el rubio. La cabeza le daba vueltas y tenía una jaqueca bastante molesta.
Vestido de negro de pies a la cabeza, el enorme hombre estaba agazapado junto a un tronco. Parecía un gran oso descansando junto a un árbol, con una enmarañada melena rubia que caía hasta sus hombros. Junto a él y en el otro lado del sendero se escondían entre la maleza más figuras oscuras, esperando.
“Esos soldaduchos no tienen la decencia de llegar puntuales ni a su propio funeral” —pensó Lamh, cansado de esperar. Su boca se abrió para lanzar un enorme bostezo y el bosque enteró se lleno del olor acre de la cerveza. El rubio cerró los ojos, aburrido, esperando que la cabeza dejase de darle vueltas.
Una sacudida en el hombro hizo que se desperezase.
—Lamh, se acercan —un joven de unos veinte años lo contemplaba con el ceño fruncido, oculto tras un par de rizos castaños que caían sobre su rostro.
—No hace falta que me sacudas así —masculló con su voz pastosa el líder del grupo—. Puedo escuchar perfectamente el chirriar de las ruedas de ese maldito carro.
—Tus ronquidos iban a alertar a los soldados —le respondió su lugarteniente Hallmar Melkerson. El joven empuñaba un hacha en la mano derecha.
—No hables tan alto, que me das jaqueca —Hallmar se encogió de hombros, resignado y alzó el  brazo izquierdo, con la palma abierta.
Se escuchó un quedo rumor en el bosquecillo a medida que los hombres de la Hermandad desenvainaban sus espadas y colocaban las flechas en los arcos. Esperaron, en tensión, mientras el ruido de los cascos de los caballos y las conversaciones se oía cada vez más próximo. La cabeza de Lamh seguía dando vueltas. Se rascó su larga barba con aire aburrido. Estaba deseando que empezase de una vez el combate, era lo mejor para la resaca.
Tras un par de minutos, la comitiva se internó entre los árboles, liderada por tres jinetes. Tras ellos venía el carromato tirado por dos caballos y cargado con un pesado arcón de madera reforzado con tiras de hierro. Cerrando la marcha caminaban un decena de soldados en formación, con sus capas azules colgando tras ellos mientras charlaban animadamente, sin ser conscientes del peligro que les acechaba. Los impuestos del rey de ese año del condado de Tavök estaban bastante mal protegidos. Lamh sonrió.
Hallmar volvió alzo el puño y las flechas silbaron. Los gritos del dolor y los relincho asustados de los caballos inundó el bosquecillo. El capitán de la Hermandad lanzó un rugido y saltó al sendero blandiendo su pesada maza. El resto de los hombres siguieron su ejemplo y se abalanzaron sobre los sorprendidos soldados que quedaban en pie.
El gigante rubio se acercó al único jinete que seguía vivo, que se afanaba en intentar controlar a su aterrorizada montura mientras rugía órdenes. Llevaba una resplandeciente coraza sin ningún marca de uso. Lamh se plantó ante el capitán de la comitiva y le lanzó un potente golpe. La maza impactó en el pecho del hombre y el metal crujió, aplastándose. El jinete salió despedido de su silla, estampándose contra el suelo.
—Me encanta el sonido de las armaduras rotas. ¿A ti no? —le preguntó sonriente al caído. Este soltó una espuma sanguinolenta y tosió con fuerza, luchando por respirar. Lamh volvió a balancear su maza y el cráneo del capitán se quebró—. Qué mal gusto tenéis los de la capital.
El rubio alzó la cabeza y vio como sus hombres acababan con los pocos soldados que aún resistían. El hacha de Hallmar seccionando el cuello del último enemigo acabó con el rápido combate.
—¿Alguna baja? —preguntó el joven de pelo rizo.
—Knut y Thorvard están heridos, pero sobrevivirán.
—Ha sido una bonita pelea —intervino Lamh. Su dolor de cabeza había desaparecido—. Me voy a la taberna a celebrarlo. Hallmar, encárgate del resto.
El capitán de la Hermandad no esperó respuesta y echó a andar por el sendero.
“Ya lo decía yo, no hay nada como una buena pelea para la resaca.”
Bueno, como ya he recuperado la alegría de vivir y solo pienso en arcoiris, me ha dado por escribir esto en el tren.

Gente de la Hermandad haciendo cosas. Es un hecho muy de Robin Hood, pero los tópicos a veces molan.
Lamh Olafsvik está creado a medias con :iconmeru-keepalive: que espero que no decida matarme por este relato :D (aunque probablemente ella no sea la que monte pifostio).
Creo que es el capitán de la Hermandad que más me gusta (exceptuando a Conor, obviamente). Igual es porque es la Resa de la Hermandad, quién sabe.

Y del mundo de Arcania y eso :iconcuentos-por-colores:


Ah, y en algún momento seguiré con la vida de Hëkathe, que seguro que estáis todos con el alma en vilo por saber cómo le van las cosas.
Comments15
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In
Reigkye's avatar
Relato paralelo validado (sin pifostio ^^).

Como ya te puse en otro comentario (en el que hacías referencia a este, recuerda para futuras ocasiones que puede que cites algo que después no se valide y tengas que cambiarlo por duplicado, vale más preguntar), eso, como te puse en otro relato, puedes elegir a quién pero dado que se tratan de los impuestos de una de las ciudades más grandes del reino, los guardias pillarán al menos a dos de la Hermandad por este delito. Me da un poco igual quienes, pero se zanjará con una ejecución pública en Tävok por el robo. No se pedirá que se reintegren los efectivos robados inmediatamente, pero sí habrá una recaudación especial "extra", cada año hasta que se zanje la deuda, no demasiado grande pero lo suficiente para ser molesta, en el condado. Eso suponiendo que no se devuelva el botín robado.

En cuanto a la reacción de la gente, no sé cuál era el plan para ese dinero pero dado que el acto se va a zanjar con un impuesto extra para ellos, la población del condado no va a ver con buenos ojos las acciones de la Hermandad, se sentirán molestos por pagar el pato y en general no considerarán exagerado el castigo para los infractores (pena de muerte).

Todo eso puedes añadirlo como relato si quieres, o puedes mencionarlo de pasada en futuras misiones, pero la conclusión de esto tiene que aparecer en algún lado ^^

Y de momento nada más, aunque si siguen ganando nombre también ganarán en pérdidas, aunque en general siempre os dejaré que elijáis a quién queréis que pillen/encierren/etc. El rey, teniendo guardianes dentro de las filas de su corte, no permitirá el alzamiento de una organización criminal fuerte ^^ Y aún llevan la de haberse cargado al padre de la reina xD

Cuidado para futuros relatos con poner a la guardia real como inútiles: son la élite guerrera "no mágica" del Reino, Rowen es buena y no era de las mejores en el cuerpo, así que tenlo en mente ^^